Empieza el recorrido... verde y más verde. El cielo un poco nublado no opaca el camino.
Estamos en Doima una vereda rumbo a Cachipay, el clima es templado y su gente sonrie al caminar, varios perros nos acompañan en el camino.
Depronto, los rieles de un antiguo tren se dejan ver. Un tren útil para la sociedad de la época de 1937 y que hoy sobrevive solo como parte del camino y como parte del paso de los caminantes que recorren este espacio.
En el recorrido aún se vislumbran rastros de varias estaciones de tren. ¿Cuantos personajes esperaron el tren en estos lugares? ¿Cuantos niños disfrutarían su primer recorrido en tren?
¿Cuantas historias estarán en la mente de las personas que nombran a la Esperanza como lugar importante en sus vidas.... o en las vidas de sus abuelos?.
Pues Bien.... ahí nos encontrabamos. La Estación de la Esperanza
No es muy grande pero su estructura aún se conserva. La Esperanza es una inspección de la Mesa con muy pocos habitantes pero con un futuro prometedor gracias a unos inversionistas que decidieron darle vida a un Centro Vacacional que había sido abandonado hace más de una decada por una de las tantas Cajas de Compensación que terminan en este país. Ahora... LA ESPERANZA... tiene razones para ser reconocida... su historia, sus caminos y sus pocos habitantes son suficientes para ser lugar infaltable en la visita de los turistas.
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